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Tema 9. Geobotánica \ 9.7. Bosques de España \ 9.7.1. Bosques eurosiberianos

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Melojares, robledales o bosques de roble melojo (Quercus pyrenaica)

El roble melojo, rebollo, tociu (en Asturias), tocorno (País Vasco), marojo o simplemente roble (Quercus pyrenaica) es un árbol con un gran área de distribución (a pesar de su nombre científico), que crece en el suroeste de Francia, en España, en Portugal y en el norte de Marruecos. De hecho, aunque su nombre en latín sea roble del Pirineo o roble pirenaico, en estas montañas sólo aparece (y no excesivamente) en el extremo occidental (Ferreras, 1987; Blanco et al, 1997).

Ejemplares de melojos
Varios ejemplares de melojos unidos (en el centro de la imagen). Melojar de El Escorial (Madrid, España). Fotografía de Alberto Díaz, 2015.

El intervalo altitudinal del melojo se sitúa entre los 400 m. y los 1.600 o 1.700 m. de altitud. Domina los pisos montanos y supramediterráneos de la península Ibérica, y en condiciones óptimas de humedad, puede bajar y ocupar el piso mesomediterráneo (Blanco et al, 1997). Es un árbol resistente a la sequía (Ferreras, 1987), aunque necesita una precipitación mínima de unos 100 o 200 mm. en verano y una precipitación media anual comprendida entre los 650 y 1.200 mm. (Blanco et al, 1997). A nivel térmico, se sitúa en áreas con una temperatura media mensual que va de -5º a 22ºC, preferiblemente en partes con sombra (Blanco et al, 1997). Está muy adaptado a la continentalidad de las temperaturas (se sitúa principalmente en áreas del interior de la península), por lo que es raro que aparezca en áreas costeras con influencia oceánica (Ferreras, 1987).

A nivel edáfico es un árbol acidófilo (prácticamente silicícola) y calcífugo (Rubio, 1989; Ferreras, 1987; Blanco et al, 1997). En la península Ibérica destaca sobretodo en la región silícea, sobre diversos materiales: pizarras, cuarcitas, gneis... El melojo, destaca por ser un excelente creador de suelos, es capaz de mover y bombear una gran cantidad de bases y sales del suelo, y gracias a su sistema radicular horizontal es un gran estabilizador y fijador de suelos (Blanco et al, 1997).

Robles melojos sobre suelos graníticos
Bosque de melojos sobre un suelo granítico en la senda ecológica de El Escorial (Madrid, España), entorno a la silla de Felipe II. Fotografía de Alberto Díaz, 2015.

Muchos autores identifican el área de distribución del melojo con ciertas regiones biogeográficas. El madrileño, Salvador Rivas Martínez (1985, 1987), incluye el melojo como uno de los elementos clave de la Provincia Carpetano-Ibérico-Leonesa (en la Región Mediterránea); el catalán Oriol de Bolòs i Capdevila (1985) se basa en la distribución del melojo para delimitar el territorio Carpetano-atlántico; y Polunin y Smythies (1997), y Polunin y Walters (1989) usan el melojo para ampliar hacia el sur la superficie de la región Eurosiberiana.

Morfológicamente, el melojo puede aparecer en forma de árbol bajo o mediano (de 10 o 15 metros) o en forma de arbusto (Blanco et al, 1997). Es raro ver ejemplares de 20 o 25 metros, aunque los melojos más viejos llegan a alcanzar esa altura. En general, estos árboles suelen tener una copa lobulada o subesférica, y su sistema radical suele estar formado por una gran raíz principal de la que brotan muchas raíces laterales que crecen próximas a la superficie del suelo. Estas raíces secundarias, pueden surgir a la superficie y de ellas pueden llegar a rebrotar pequeños arbolitos (como se puede ver en la imagen). De hecho, en el sotobosque de los melojares suelen aparecer numerosos ejemplares de pequeños melojos, que incluso, llegan a dominar también estrato arbustivo (Blanco et al, 1997).

Ejemplares jóvenes de melojos
Pequeños ejemplares de melojo formando el sotobosque en el melojar. Melojar de El Escorial (Madrid, España). Fotografía de Alberto Díaz, 2015.

Las hojas del melojo son caducas, en los ejemplares adultos, y persistentes en los más jóvenes (Blanco et al, 1997). Tienen un color verde oscuro en el haz, y verde claro en el envés. Normalmente están recubiertas con unos pelillos, sobretodo en el envés, y suelen tener un tamaño considerable, de unos 7 a 15 cm. de largo. El contorno de las hojas es muy característico, está muy lobulado. Las ondulaciones del borde de las hojas siempre están muy marcadas (Blanco et al, 1997).

Para diferenciarlo del resto de robles de España se recomienda usar esta guía de robles de la península Ibérica realizada para esta web.

Copa, hojas y tronco de melojo
Hojas, copa y tronco de melojo. El Escorial (Madrid, España). Fotografías de Alberto Díaz, 2015.
 
Geobotánicamente, los melojares pueden formar bosques mixtos junto con otras especies como robles, pinos, abedules, encinas, quejigares, alcornocales... (Ferreras, 1987; Blanco et al, 1997) ver bosques mixtos eurosiberianos y bosques mixtos mediterráneos. Aunque, en general, son más comunes los melojares puros, en donde el roble melojo domina el territorio, apareciendo en los estratos arbóreo, subarbóreo y arbustivo. Esto es posible debido a que es un árbol resistente, capaz de rebrotar con facilidad de cepa o de raíz, lo que hace que pueda extenderse con facilidad en forma de matorral rastrero (Ferreras, 1987; Blanco et al, 1997).

Pero, aunque el melojo domine el estrato arbóreo y arbustivo, en general, los melojares son pobres en especies. Suelen acompañarle de forma esporádica algunas hayas (Fagus sylvatica), abedules (Betula spp.), robles (Quercus spp.), acebos (Ilex aquifolium), avellanos (Corylus avellana), fresnos (Fraxinus angustifolia), pinos (Pinus pinaster y P. sylvestris), arces (Acer spp.)... (Ferreras, 1987).

El sotobosque de los melojares es similar al del roble común debido a las semejanzas mesológicas de ambos árboles (Blanco et al, 1997). Suele haber un estrato arbustivo pobre, dominado por el propio melojo (Quercus pyrenaica), y un estrato herbáceo muy poco denso en donde los que dominan son los hemicriptófitos (Ferreras, 1987; Blanco et al, 1997). Las plantas más comunes del estrato herbáceo de los melojares son: los helechos, las festucas (Festuca heterophyla y F. rubra), el trigo vacuno (Melampyrum pratense), la Melica uniflora... y otras gramíneas, además también suelen estar presentes las luzulas (Luzula forsteri y L. sylvatica), los dientes de león (Hieracium murrorum), leguminosas como Lathyrus montanys... (Ferreras, 1987). Además, suele haber trepadoras, como la nueza negra (Tamus comunis) y la madreselva (Lonicera peryclymenum), líquenes y musgos (Ferreras, 1987; Blanco et al, 1997).

Estrato Especies
Árboles Domina el melojo (Quercus pyrenaica), pero pueden aparecer de forma esporádica algunas hayas (Fagus sylvatica), abedules (Betula spp.), robles (Quercus spp.), acebos (Ilex aquifolium), avellanos (Corylus avellana), fresnos (Fraxinus angustifolia), pinos (Pinus pinaster y P. sylvestris), cerezos silvestres...
Arbustos Domina el melojo en forma de arbusto, y suele estar acompañados de manera espontánea por arándanos (Vaccinium myrtillus), madroños (Arbutus unedo), arraclanes (Rhamnus frangula), retama blanca (Genista florida), retama negra (Cytisus scoparius), rosas silvestres (Rosa spp.).....
Hierbas Aparece una buena variedad de hierbas: los helechos (Blechnum spicant, Pteridium aquilinum), muy abundantes en los claros del bosque, las festucas (Festuca heterophyla y F. rubra), el trigo vacuno (Melampyrum pratense), la Melica uniflora... y otras gramíneas, además también suelen estar presentes las luzulas (Luzula forsteri y L. sylvatica), los dientes de león (Hieracium murrorum), leguminosas como Lathyrus montanys...
Otros Suele haber trepadoras como la hiedra (Hedera helix), la nueza negra (Tamus comunis) y la madreselva (Lonicera peryclymenum), además de musgos y líquenes...
Principales especies en los pinares de pino negro (Ferreras et al, 1987; Blanco, et al, 1997).

Melojar sobre granito
En esta fotografía el sotobosque del melojar es muy escaso debido a la naturaleza rocosa
del sustustrato. Melojar de El Escorial (Madrid, España). Fotografía de Alberto Díaz, 2015.
 
Sotobosque del melojar
Por el contrario, en esta imagen se aprecia un sotobosque mas variado y un mayor grado de recubrimiento del suelo. Melojar de El Escorial (Madrid, España). Fotografía de Alberto Díaz, 2015.
 
Pero a pesar de esta descripción general, existen varios tipos de melojares debido a la gran variedad de ambientes en donde pueden desarrollarse. En la obra colectiva de Los Bosques Ibéricos (Blanco et al, 1997) los melojares se dividen teniendo en cuenta características geográficas y bioclimáticas, en los siguientes tipos:

Melojares cantábricos: son los melojares más típicamente eurosiberianos o medioeuropeos, y los más oceánicos. Se sitúan en la cordillera Cantábrica, entre los 600 y los 1.200 metros de altitud, en áreas en donde se superan los 1.000 mm. anuales. Generalmente ocupan las áreas menos húmedas, y dejan a los robledales, los hayedos, los abedulares y los bosques mixtos, las partes más húmedas (Ferreras, 1987; Blanco et al, 1997).

Las especies arbóreas más típicas que acompañan al melojo en estos bosques son el carballo, los arces y los fresnos. Entre los arbustos destacan los piornos, los brezos, los majuelos, las zarzamoras... y entre las herbáceas las más comunes son: Melampyrum pratense, Linaria triornito, Teucrium scorodonia, Poa nemoralis, Deschampsia flexuosa, Pteridium aquilinum... (Blanco et al, 1997).

Los mejores melojares cantábricos se encuentran en el Parque Natural de Izki (en Álava), en La Liébana y solana de Peña Sagra (en Cantabria), en Cebreiro y Seoane (en Galicia), en las inmediaciones de Velilla de Río Carrión (Palencia)... (Ferreras, 1987; Blanco et al, 1997).

- Melojares del interior peninsular: están adaptados a condiciones más secas que las que aparecen en los melojares cantábricos, a un ambiente mediterráneo. La falta de competencia con el haya y el clima, permite ascender a los melojos a una mayor altitud, y ocupar un territorio mayor (Ferreras, 1987). De esta forman se extienden por gran parte del interior de la península Ibérica, desde los montes galaico-leoneses hasta la Submeseta sur.

Dentro de este tipo de melojares hay una gran variedad de subtipos, aunque son difíciles de identificar y delimitar, tanto a nivel geobotánico como fitosociológico (Blanco et al, 1997). En función de las precipitaciones, las temperaturas y los pisos bioclimáticos que ocupan, Blanco et al (1997) los subdividen en tres tipos: melojares galaico-leoneses, estrellenses y del Sistema Ibérico norte; melojares del tramo medio del Sistema Ibérico y Central; y melojares de la Submeseta sur.

Cabe destacar, por su accesibilidad, dentro de este grupo, el bosque de melojos situado en el entorno de Las Machotas y la Silla de Felipe II (en El Escorial, Madrid). Es un bosque histórico, que pertenece al Patrimonio Nacional, y que posee una gran variedad de especies. Aunque los rebollos jóvenes dominan este territorio, les acompañan una buena variedad de especies arbóreas: enebros, castaños, arces de Montpellier, fresnos....

Melojar y pinar
En la fotografía se pueden ver en la parte inferior, en primer plano, árboles de melojos,
a la izquierda, en las laderas de las machotas (1.404 y 1.460 m.) aparecen bosques de melojos con castaños y otras especies (en verde claro con tonos amarillos), y a la derecha, como contraste, se ve el cerro de la Cabeza (1.680 m.) en cuyas laderas surgen (en tonos verdes oscuros), bosques de pinos silvestres. El Escorial (Madrid, España). Fotografía de Alberto Díaz, 2015.
 
Melojar de Las Machotas
Fotografía con más detalle del bosque de melojos con arces, fresnos, castaños... situado en la subida a las Machotas. El Escorial (Madrid, España). Fotografía de Alberto Díaz, 2015.
 
- Melojares béticos: se extienden tímidamente por el sur de sierra Morena, principalmente en sierra Nevada. Estos melojares no forman grandes bosques, sólo pequeños rodales en ciertos nichos ecológicos (áreas con suelos ácidos o neutros, orientaciones umbrosas, cabeceras de ríos...). Aún así, poseen una gran riqueza y originalidad (Blanco et al, 1997). Aparecen formando bosques puros, en los que sugen de forma esporádica encinas, mostajos o arces; o formando bosques mixtos junto con melojos, arces, fresnos, abedules, quejigos... (Blanco et al, 1997).

Los melojares béticos se desarrollan en lugares en donde la precipitación anual no es suficiente para que los árboles se desarrollen, por ello se ven obligados a captar la humedad ambiental o a tener un comportamiento casi ripícola (Blanco et al, 1997).

- Melojares orientales: en este grupo se incluyen melojares relictos de las costas de Levante. Concretamente aparecen en la sierra de Prades (Tarragona) y en las sierras de Penyagolosa, Pina y del Espadán (Castellón), siempre entre los 800 y los 1.500 metros de altitud, entre los pisos de la encina y el quejigo, y el piso de los pinos albares (Blanco et al, 1997).

En general, las etapas de sustitución de todos estos tipos de bosques de melojos están representadas por los piornales en un primer término. Después, por los brezales, en áreas húmedas y lluviosas (principalmente con brezo rojo, Erica australis o brezo blanco, Erica arborea), o por los jarales (principalmente de jara estepa, Cistus laurifolius), cuando la degradación es más avanzada y el área es más o menos húmeda. Finalmente, la etapa de mayor degradación está representada por pastizales más o menos húmedos (Ferreras, 1987).

Actualmente, el roble melojo tiene un gran territorio aunque éste está muy degradado, y suelen ser comunes los melojares en forma de matorral rastrero y los melojares adehesados. Su área de distribución ha sido diezmada debido a que el melojo se ha empleado para la obtención de leña y carbón (Blanco et al, 1997), y su territorio ha sido sustituido por tierras agrícolas, pastos, prados, o por otros árboles, generalmente pinos y algunos eucaliptos (Ferreras, 1987; Blanco et al, 1997).

El melojo forma bosques puros, mixtos o en forma de dehesa, prácticamente en todo el cuadrante noroccidental de la península Ibérica (salvo en el interior de la cuenca del Duero) y en algunos puntos concretos de las sierras andaluzas. Como se ha indicado, aparece en Galicia (sobretodo en el suroeste), en la vertiente meridional de la Cordillera Cantábrica, en los Montes de León, en la cuenca del Duero (sobretodo en León, Salamanca y Zamora), en el norte y en el sur del Sistema Central, en el Sistema Ibérico, en el sur de Cataluña, en los Montes de Toledo, en la cordillera Bética... y en pequeños bosques occidentales en los Pirineos (Ferreras, 1987; Blanco et al, 1997).

Los mejores ejemplares de bosques de este tipo de robles se encuentran en el macizo de la Queixa (en el Parque Natural de O Invernadeiro, Orense), en la sierra de Ancares (entre León y Lugo), en la sierra de El Caurel (Lugo), en la cuenca media y alta del Narcea (Asturias), en La Liébana (Santander), en la sierra de urkilla (Euskadi), en el norte de Guardo (Palencia), en Cervera de Pisuerga (Palencia), en Rioscuro (León), en el Moncayo (entre Zaragoza y Soria), en Prades (Tarragona), en la sierra de Ayllón (Guadalajara, Segovia y Madrid), Guadarrama (Madrid), en el valle del Tiétar (Ávila), en los Montes de Toledo (Toledo), la Alpujarra (Granada), sierra de Segura (Jaén)... (Ferreras, 1987; Blanco et al, 1997).

A continuación se muestra una fotografía área de Bustarviejo (Madrid) en donde puede apreciarse la estructura de este tipo de bosques.

Fotografía aérea de un bosque de melojos
Bosque de melojares en Bustarviejo (Madrid). Fuente: MFE50 Hoja de Madrid.
Imagen del PNOA © Instituto Geográfico Nacional de España.

 

Continúa en la siguiente página con los bosques de acebos...

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Alberto Díaz San Andrés (2011-2019), última actualización: octubre de 2019.

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